¿Recordáis aquel anuncio de café de Jaime Cantizano? “Hoy va a ser un día grande, hoy todo va a salirme bien!… “ llevo toda la mañana tarareándola, y no, no me he levantado optimista, es el sarcasmo que me supura por los poros.
Me he despertado antes de que sonara el despertador, me dolía mucho la cadera y no hay postura posible que te permita seguir en la cama sin apoyar la cadera. He intentado levantarme pero estaba demasiado rígida, con todos los músculos contraídos. La experiencia me ha enseñado a intentar relajar mi cuerpo antes de levantarme, si no lo consigo dolerá más y el día empeorará rápidamente, pero no siempre puedo disponer del tiempo necesario. Hoy le he dedicado 12 minutos, demasiado poco. Luego viene la primera duda existencial del día: ¿me ducho o no me ducho? El agua caliente ayuda a relajar la musculatura, dejaré de estar tan agarrotada… pero también estoy demasiado agarrotada para meterme a la ducha, me voy a hacer daño… no tengo tiempo, una ducha estando como estoy hoy me llevará al menos media hora. Decido no hacerlo y empiezo a vestirme, ya me siento mejor, no me cuesta demasiado, incluso me agacho bien para atarme los zapatos.Las niñas colaboran, no dan guerra para vestirse, es viernes, están de buen humor.
Ahora toca peinarse, cojo el cepillo, levanto lo brazos, pero no consigo subirlos hasta la cabeza, me quedo clavada delante del espejo imitando la coreografía de los pajaritos. Es demasiado doloroso. No me cuesta respirar, pero me duele mucho si lo hago profundamente.
Y en ese momento, una hora después de despertarme, no habiendo podido ducharme ni peinarme, me pongo a cantar “ hoy va a ser un día grande..” no quiero quebrarme tan pronto, ni siquiera he llevado a las niñas a la ikastola todavía.. “hoy todo va a salirme bien”…
Llevo a la niña y a la vuelta, veo a Ana, una amiga de las de toda la vida. Me pregunta qué tal. A estas alturas me está costando no echarme a llorar, me imagino la pinta que llevo con ese moño improvisado, y se que me lo pregunta por qué me lo nota, entre amigas se sabe. Así que prefiero no hablar demasiado, solo le contesto “hoy mal” y me voy, si he de quebrarme, prefiero que no sea a la vista de todo el mundo.
Llego a casa y lloro, lloro solo un poco, pero aprieto mucho los dientes. Estoy mucho más enfadada que triste, estoy frustrada. El día ni siquiera a empezado todavía pero necesito descansar. Otra media hora sentada… “hoy va a ser un día grande” canto entre dientes…
Llegará el día mundial contra la Fibromialgia, contra el dolor crónico, el día de las enfermedad es raras… y volveremos a intentar hacernos visibles, pero por mucho que nos vean, ¿sabrán alguna vez como nos sentimos?
Cómo te entiendo! Tengo una artrodesis D2 a D9, y una falsa vértebra en D6. Con un dolor cronico como tú. Me levanto, me aseo, desayuno y si no tengo gimnasia adaptada o físico, a la butaca. Es un mundo! En casa, si hay alguien, ya sabe como estoy, pero creo que no saben ponerse en mi lugar. Hacen todo lo posible para no decir ni pío sobre el tema. Y pienso…¿para que me he levantado si estoy fatal? Si yo quería quedarme en la cama, esconderme de todos y todo, pero…¡¡Me obligo a mi misma a levantarme!
Me gustaMe gusta
Y tanto, pero al inmovilismo le sigue la depresión. Los que sufrimos dolor crónico tenemos más puntos para sufrir una depresión, así que hay que moverse, aunque sea bajar a por el pan 😘
Me gustaMe gusta