Recientemente hablaba yo con una señora (de cuyo nombre no quiero acordarme) de lo mucho que les gustaba el huevo frito a mis hijas. La señora me miró escandalizada, “¡pero si eso es malísimo!” Pensé que me lo decía por el colesterol y ya tenía preparado mi argumento con las bondades del huevo, cuando me dijo… “El huevo les va a hacer daño al hígado!” … y ahí sí, que me dejó sin palabras…
También conozco al que guarda algo de lo que destina a vino para comprar Boldo en la herboristería del super (a mi no me la quiere comprar porque dice que somos como Pepito Grillo). Esto junto con lo de… “dame algo más natural que eso me va a destrozar el hígado”… me da por pensar que no tenemos ni idea de como funciona nuestro hígado.
El hígado es un órgano muy voluminoso y uno de los más importantes en cuanto a la actividad metabólica del organismo. Está situado en la parte superior derecha, justo debajo del diafragma, prácticamente tapado por las costillas y llega a pesar unos 2 kg.
Recibe sangre procedente del corazón a través de la arteria hepática y procedente del intestino a través de la vena porta.
(foto http://www.chesin.com.mx/tgo-y-tgp-pruebas-de-funcion-hepatica-significado-y-valores/)
¿Para qué sirve?
El hígado desempeña múltiples funciones en el organismo:
Metabolismo de los carbohidratos:La formación de glucosa (a partir de ciertos aminoácidos, lactato y glicerol) se llama gluconeogénesis. Esta glucosa se almacena como glucógeno en el hígado (para ocupar menos espacio que la glucosa suelta).La conversión de glucosa en glucógeno, se llama gluconeogénesis. Su fragmentación para volver a tener glucosa libre es la glucogenolisis.Pues todo esto, pasa en el hígado.
Metabolismo de los lípidos: síntesis de colesterol y producción de triglicéridos.
Síntesis de proteínas, como la albúmina, las lipoproteínas, o los factores de coagulación como el fibrinógeno (I), la protrombina (II), etc.
Producción de bilis: el hígado excreta la bilis y esta se almacena en la vesícula biliar. Con la entrada de alimento se segrega la bilis (compuesta de agua, sales biliares,colesterol, lecitina y pigmentos biliares (bilirrubina y biliverdina) hacia la vía biliar, y de allí al duodeno. Se mezcla con las grasas de los alimentos emulsionándolas en el contenido acuoso del intestino, de la misma forma que el fairy emulsiona la grasa de las sartenes (si no pregunten en Villarriba).Cuando las grasas ya están emulsionadas, las enzimas del páncreas y de la mucosa intestinal las digieren.Depósito: glucosa (como glucógeno, una reserva de aproximadamente 150 g), vitamina B12, hierro, cobre,…
Desintoxicación de la sangre: Es el responsable de eliminar de la sangre las sustancias que pueden resultar nocivas para el organismo, transformándolas en otras inocuas: Toxinas, la mayor parte de los fármacos y sus metabolitos, la hemoglobina, la transformación del amonio (procedente del metabolismo proteico) en urea…
También es el órgano que produce glóbulos rojos en el feto durante el primer trimestre del embarazo. A partir de la semana 12 de la gestación, la médula ósea asume esta función.
FUNCIÓN DETOXIFICANTE
Indudablemente la más conocida a nivel coloquial, es la función detoxificante del hígado, más conocido como “el filtro del cuerpo” o “la depuradora”.
“Del mismo modo que le cambiamos el aceite al coche, deberíamos limpiar el cuerpo por dentro especialmente en los cambios de estación. El concepto de la desintoxicación sigue siendo bastante abstracto: purifica la tez, clarifica el espíritu, fortalece la memoria, mejora la circulación, aumenta la energía y desarrolla las funciones vitales… Es necesario en un mundo contaminado en el que los alimentos que circulan nos envenenan sin que nos demos cuenta.”
Visto en la red, se dice el pecado pero no el pecador.
¿Qué es una cura detox?
La desintoxicación se basa en una única premisa: diariamente estamos sometidos a agresiones provenientes de la contaminación ambiental, fármacos, alimentos… y sin saberlo, miles de toxinas entran en nuestro organismo, acumulandose en el hígado, los riñones, pulmón, intestinos, etc, causando infinidad de trastornos en el organismo.
Las curas detox se venden como la solución definitiva, una dieta en la que se seleccionan los alimentos y se “reequilibran” las comidas para “purificar” el organismo liberándolo de toxinas, o sea, una auténtica limpieza integral. “Eliminar las toxinas”, “purificar el cuerpo y la piel”…
La idea no deja de ser seductora; hacer una cura detox nos podría ayudar a eliminar todo lo que contamina el organismo, lo que los informáticos llaman “reinicio”.
¿Pero quién dice que esto no deba ser así? Envejecemos porque las moléculas que componen nuestro cuerpo, van acumulando daños. Estas alteraciones impiden la función normal de nuestras células, y esto repercute en el funcionamiento de los órganos. El cuerpo humano se mantiene en un estado de degradación y reparación permanente. Cuando la acumulación de daños es superior a la capacidad de reparación del propio cuerpo, se rompe el equilibrio y el cuerpo empieza a acumular “daños”, es decir, empieza a envejecer.
1 ejemplo de tantos que circulan en internet:
Primera opción, cura de 3 semanas: hacer una cura de 3 semanas, a base de bebidas –infusiones o siropes, principalmente– con corteza de abedul, de saúco, de té verde, de rabillos de cereza, etc. Los alimentos aconsejados son ricos en fibra, lo que facilita la evacuación rápida de los residuos naturales.
Segunda opción, el programa de fin de semana: si has cometido algunos excesos alimenticios, si duermes poco, estás estresada, cansada… Esta cura es más estricta, pero también más corta… En general, se recomienda llevar a cabo un régimen alimenticio más próximo al ayuno y que da mayor importancia a las bebidas y a las verduras y frutas, así como a los alimentos ricos en fibras.
Un empujoncito Has probado la dieta Detox pero te resulta difícil cambiar tus costumbres. Tranquila, tenemos el empujoncito que necesitas para eliminar las toxinas y encontrar el equilibrio ácido-base durante ese periodo de transición.
Ya conoces el principio de la dieta Detox: frutas y verduras, alimentos con un bajo índice glucémico… Sin embargo, no es difícil que cometamos algún error y una pequeña cura de complementos alimenticios puede ayudarte a inclinar la balanza del lado positivo.
Riesgos
Los nutricionistas (los de verdad) siempre evitan los desequilibrios alimenticios, los excesos no son buenos, pero no se compensan con otras carencias. Traduciendo: empacharte a chocolate hoy, no se compensa con ayunar mañana.
Las dietas detox no son pócimas mágicas, los términos como “desintoxicar” son más bien un abuso del lenguaje que una realidad científica. Es importante prestar atención a la tergiversación que hacen del lenguaje algunos productos e incluso algunos centros.
Además, la monotonía dietética podría provocar un estrés bioquímico que aumentaría la producción de metabolitos oxidantes. Es decir: una dieta anunciada como «antioxidante» podría al final «oxidarte».
La única desintoxicación real es la que efectúa nuestro propio cuerpo de forma natural, el mero hecho de hacer una dieta detox es ya alterar esta función. La publicidad de las dietas detox da la sensación de que alimentarse es peligroso y nos lleva adoptar comportamientos erróneos en nuestros hábitos alimenticios, intentando además “equilibrarnos” con complementos alimenticios totalmente innecesarios e incluso, a veces, peligrosos.
Hacer una cura detox, descanso, masajes, comida sana, ligera, mucho líquido, relajación, ejercicio ligero… lo podemos llamar plan detox y pagar un dineral por ello, pero lo único que purificarán será nuestro bolsillo.
AMIMEFUNCIONALISMO:
“Dícese de la argumentación no razonada y reiterada, propia de seres humanos menores de diez años”
Fisiológicamente no pueden borrarse las huellas del pasado y los excesos. Una dieta no puede rejuvenecerte, aumentar tu capacidad mental o doblar tus energías. Sin embargo, cuando realizamos una cura detox, nos cuidamos: vigilamos la alimentación, hacemos deporte, nos relajamos, descansamos, dormimos más, etc. Después de una cena ligera y una buena noche de sueño, la piel está descansada, fresca, las ojeras desaparecen… el mejor producto de belleza es el sueño. ¡Y ya ni te cuento cómo funciona el dejar de fumar!
Por muy obvio que suene, dejar de intoxicarse, funciona.
El cuerpo tiene su propio sistema de detoxificación
La única desintoxicación es la que hace el organismo de manera natural, si mantenemos unos hábitos sanos y equilibrados, el hígado no necesita ninguna “ayuda”. Si lo necesitara, estaríamos ante una insuficiencia hepática. Y esto es lo suficientemente serio como para ir al médico en lugar de ponerse a agrupar alimentos por colores.
Reglas para un hígado (y todo lo demás) sano:
- Bebe agua: no tiene que ser en ayunas, no tiene que estar caliente, no tiene que ser con limón exprimido, y menos aún con bicarbonato (he leído en muchos sitios que evita la acidez del organismo ya que está relacionada con procesos oncológicos; es tan ridículo y peligroso como echar un chorrito de lejía a todo lo que nos comemos).
- Reduce el consumo de sal; podría ser responsable de una retención de líquidos y ser esta la única razón de esa sensación de hinchazón.
- Consume producto fresco, de temporada. No hace falta que sea orgánico, ecológico, biológicos, transgénico, sintético o un superalimento. Cuanto más fresco y de más cerca, mejor.
- Aumenta el consumo de fibra. Disminuye los alimentos refinados, en lugar de pastas o pan blancos, elige productos integrales.
- Toma probióticos, ayudan a mantener el equilibro de la microbiota intestinal.
- Evita el alcohol por mucho que te hablen del resveratrol.
- Haz ejercicio. Ve andando al trabajo, sube un tramo de escaleras… Media horita de actividad diaria no cuesta nada.
- Lo de prohibir los lácteos (o peor aún, los alimentos blancos), no sólo no tiene ninguna base científica, es una soberana tontería. Si no te gustan no te los tomes, pero no asustes a nadie.
- No beatifiques los zumos: “Desintoxícate con un jugo verde natural”. Ni verde hierba ni verde musgo, verde natural y cargado de antioxidantes… El color no es lo que le da el poder antioxidante al zumo. Toma fruta, no importa de qué color, y si es entera mejor.
- No satanices las grasas, también son necesarias.
- No caigas en el extremismo de los ignorantes. Ayunos, semiayunos… No detoxifican, solo te hacen pasar hambre.