El debate es casi tan antiguo como la farmacia moderna; a quien atendemos? ¿A pacientes o a clientes? Pues supongo que según a quién se le pregunte opinará de una manera u otra pero teniendo en cuenta el origen etimologíco de «paciente»… en Bakio (en verano) la paciente está, a veces, detrás del mostrador.
Una tarde de Agosto cualquiera, entra un señor a la farmacia con una bolsa de la farmacia…
-Buenas tardes, me he llevado esto está mañana y no funciona.
…durante 30 eternos segundos, da para pensar en muchas cosas… «¿un tensiómetro? No he vendido ninguno»… «¿Será un termómetro? ¿un cepillo eléctrico?»… «No me acuerdo…si estaba solo yo…recuerda…recuerda… me acuerdo de Él, amable, hizo un chiste al irse… ¿Qué demonios era?»…
No salgo de mi asombro, es una esponja, normal y corriente, ni natural, ni inglesa, ni de bebes, ni facial, ni exfoliante, ni nada!
-¿Cómo que no funciona? (Sigue precintado, evidentemente no lo han probado…)
-Pues, que no vale.
-Pero… ¿por qué? (Estoy desorientada, ¿me estará gustando una broma?… No se ríe… No entiendo nada…)
-Qué dice la mujer que este no es y qué a ver si me hacéis un vale.
Normalmente, hablo hasta por los codos, pero sigo confundida, no entiendo nada. Tengo los ojos abiertos cómo platos y sigo examinando cada milímetro de la esponja buscando una decoloración, un roto en el precinto, caducidad… ¡yo que sé!
Estaba tan patidifusa que el señor se impacientó y reclamó mi atención:
-¡¡¡Es que la mujer lo quiere cuadrado y me lo habéis dado redondo!!!
Podría haber respondido muchas cosas:
-¿Se lo ha llevado usted o su mujer?
-¿Nos ha especificado la forma?
-¿No ha visto la esponja al cogerla?
-¿¡¿DE VERDAD IMPORTA LA FORMA?!?!
Pero, no. Sigo muda y ojiplática. No hago vales de compra, esto no es ZARA. No hay razonamiento que valga… no vale ni dos euros… le devuelvo el dinero, y me quedo la esponja. ¿Que iba a hacer?
-Bien, ahora ¿me das una cuadrada?
¿Quién es el paciente y quién el cliente?